Primer día en Buenos Aires

Estaban esprándome a mí.  No sé cuántos años hacía que no nevaba acá (viste, acá, que no aquí).  Hace frío.  Nieva.  No lo esperaba. Los bonaerenses tampoco.  Se andan haciendo fotos con el móvil para recordar el espectáculo.

El viaje ha sido normalito para ser un viaje de más de doce horas.  He podido dormir.

Los cajeros no funcionan.  Hoy e 9 de julio.  Feriado.  Día de la Independencia.  Y claro, sábado domingo y lunes, tres días seguidos de fiesta no hay cajero automático que lo resista.  No hay dinero en los cajeros.  La gente lo considera normal.  He tenido que cambiar mi reserva de euros nada más llegar.  El cambio está a un poco más de 4 pesos argentinos por euro.

Para festejar mi llegada me fui al Palacio de la Papa Frita, Lavalle esquina con Maipu, a tomarme un lomito a mi salud.

El B&B está francamente bien.  Solo tiene un problema: está al lado de las vías del tren, entonces hay que ajustarle muy bien la dirección al taxista para que no te deje al otro lado de las vías.  Sobre todo si  llevas equipaje.

Ayer estaba con Carmen, Marga y Alfonso tomando un masagrán en el andador de la Reina Ester a treinta y cinco a la sombra y ahora esta especie de nieve-aguanieve, como si dijéramos el nornoroeste de la nieve en Buenos Aires.

Los precios como para amdar de nuevo rico... Si encuentro un cajero que funcione.