Mataperros

No me creo nada. Mira que me dan igual perros y gatos. Pero eso de la policía femenina descerrajando un tiro a un perro en mi tad del parque no tiene nombre... O sí el comportamiento de la policía al que nos tiene acostumbrados. El perro por lo visto debía venir tocando los cojones desde no se sabe cuanto... según ellos. Lo único nuevo es que no pegó el tiro al aire, si hubiera sido persona eso hubieran dicho. Antes las personas volaban y caían tras tiros al aire. Y sacaban notitas como las de hoy. Eso sí, en la nota policial no se olvidan de decir que la concentración que hubo con posterioridad NOERA LEGAL. Son lo de siempre, unos chulos liberticidas. Mataperros.

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Malos tiempos para la poesía. Estos fachas que están incrustados de corrupción hasta la médula. Están haciendo lo único que saben hacer bien: amedrentar. Dar miedo. Atacar la libertad. Censurar. Matar perros. Mentir. Embaucar. Por no hablar de otras cosas de las que son maestros: crear paro, atacar a lo público. Qué corto eso de los público: La educación, La sanidad. La Justicia. La Cultura. Y se miran y remiran desde sus atalayas buscando al enemigo que somos nosotros. Nosotros somos el enemigo. O carne a la que picar.
Toda esta introducción para animaros a firmar el manifiesto de Atistas Antifascistas.
Yo me imagino la cara que se le pondría a la Merkel, Ángela del Infierno, si cada dos por tres seis le salieran al paso el fantasma de Hitler y sus campos de concentración. Pues aquí lo mismo. A escala nacional. Continuamente salen los cadáveres de los presos antifascistas de campos de concentración y cunetas a reclamar nuestro saber hacer y valentí. El artista Eugenio Merino, aunque podría ser cualquiera de nosotros se enfrenta a al ateque de la familia Franco a través de la Fundación Nacional Francisco Franco (imaginar, repito, una fundaqción nacional Adolf Hitler; es impensable. Salvo aquí).

 

Ella es Laura Dinamita